El desarrollo evolutivo del lenguaje en este trimestre se caracteriza por: Presencia del grito (el cual es provocado por estímulos internos y externos que conllevan un espasmo respiratorio que determinan esta emisión verbal súbita y aguda).
Reacciones elementales de orientación hacia los sonidos del medio (sobre la segunda semana de vida) Surgimiento del complejo de animación (observable durante el tercer mes de vida). Consiste en un estado general de animación y movimientos del niño, y que se acompaña de elementos sonoros, básicamente chasquidos, gruñidos y sonidos univocálicos. En ocasiones se observan sonidos de una vocal seguida de una consonante.
Manifestación del balbuceo, que aparece hacia mediados del primer trimestre, y se manifiesta también en el segundo, y que consiste en una emisión sonora univocálica mantenida, que a veces se acompaña de otros elementos sonoros, como chasquidos, gruñidos o gritos, y que ocasionalmente permanece en etapas posteriores.
El educador ha de tomar en consideración estos índices del desarrollo evolutivo del lenguaje y sobre esta base diseñar sus actividades. Para este trimestre se recomiendan las siguientes:
- Emitir sonidos y palabras por el adulto durante la realización de actividades y procesos de la vida cotidiana.
Crear un ambiente sonoro humano alrededor del niño y familiarizarle con palabras emitidas por los adultos que le rodean.
Estando el lactante en su cuna o en brazos del educador, se le debe hablar durante su vigilia activa, durante la realización de las diversas actividades y procesos de satisfacción de necesidades básicas, incluso en aquellos momentos en que se concentra en su propia actividad. Por ejemplo, cuando se le baña se le debe hablar sobre lo que se está haciendo, nombrar las cosas que utiliza para bañarle, señalarle verbalmente las partes del cuerpo que le limpia, y todas las acciones que realiza.
A su vez, cuando el niño esté en el parque o en el área de juegos, y esté entretenido con lo que hace (como puede ser manipular un objeto), se le debe hablar con pausa, diciéndole lo que está haciendo, elogiando sus logros, nombrando los objetos que manipula.
También, aunque estén aparentemente sin hacer nada, tan solo mirando a su alrededor, el educador le hablará de lo que está haciendo lo que los otros niños hacen, para mantener una estimulación sonora y verbal apropiada.
Repetir por el educador los sonidos espontáneos o que hayan sido provocados y que emita el niño.
Propiciar que el lactante escuche sus propios sonidos de otra fuente sonora, tanto los que produce por sí mismo como aquellos que repite por imitación.
Tanto estando el niño en brazos del educador o acostado, cada vez que emitan de manera espontánea un sonido cualquiera, el educador tratará de reproducirlo de la forma más exacta posible a como dijeron el sonido, tratando de centrar su atención en esta repetición.
Para lograr la repetición por los niños de los sonidos que produce el educador, se puede trabajar, por ejemplo, a partir de la manifestación del complejo de animación, que es la primera expresión del desarrollo afectivo social, y constituye un elemento importante la comunicación oral entre el niño y el educador.
En este trimestre de 0-3 meses los sonidos que emplee el educador han de ser siempre de vocales seguidas de consonantes (por ejemplo. aj, am, ej, ik, ur, entre otros), esto es importante porque en el desarrollo evolutivo del lenguaje suele primero aparecer esta secuencia de una vocal unida a una consonante posterior.
- Estimular mediante objetos y la palabra para que se manifieste la sonrisa social
Reforzar la comunicación verbal y afectiva entre los niños con su educador.
El establecimiento de una sólida y estrecha relación afectiva del educador con los niños, la pronta satisfacción de sus necesidades básicas y la estimulación más apropiada para una vigilia rica y activa, son condiciones básicas previas para posibilitar la asimilación de los contenidos de estas actividades, y fomentar en los ellos la comprensión e imitación activa de los sonidos de la lengua.
El educador ha de estimular y atraer la atención del niño diciéndole palabras, pero también mostrándole objetos variados, que han de ser nombrados mientras se trabaja con los mismos.
Cuando se trabajen palabras, se puede tomar al niño, sosteniéndolo por la nuca, la cabeza y las nalgas, y centrar la atención en su rostro. Al hacerlo con los objetos es preferible situarlos boca arriba sobre una superficie, aunque puede hacer también teniéndolo en brazos.
Para llevar a cabo esto se utilizan como medios esenciales diversos tipos de objetos, tales como llaves, sonajeros, móviles, objetos representativos de animales, muñecas, entre otros, cuidando que sean de colores planos y brillantes, de fácil manipulación y de diseño reconocible.
Igualmente se utilizan objetos diversos para ser mostrados al niño durante la actividad pedagógica y que tienen como función la asimilación de un conocimiento o de una propiedad, pero que no son para ser usados libremente por ellos durante la actividad libre, porque puedan ser peligrosos, por su posibilidad de tener piezas desprendibles. Estos juguetes han de mantenerse fuera del alcance del niño y sólo se usan en la actividad pedagógica con un adecuado control por parte del educador.
- Estimular verbalmente al niño para que aparezca un estado general de animación (complejo de animación).
La estimulación del complejo de animación es un contenido de singular importancia, tanto para el desarrollo de la comunicación verbal, como para la afectiva, motora y social, y constituye igualmente la base para la realización de otras actividades.
Para lograr su manifestación el educador ha de colocar al niño boca arriba, acostado preferentemente en el parque o sobre una mesa, y a continuación, lo estimulará verbalmente procurando centrar la visión del niño en su rostro.
Es importante recordar que la cara del educador debe estar en movimiento, preferentemente de lado a lado horizontalmente (y no verticalmente), pues de lo contrario, la respuesta puede ser débil o no producirse. Esta estimulación provoca una animación general del niño, que realiza movimientos con sus brazos y piernas, a la vez que emite sonidos guturales.
La animación general que se provoca en el complejo de animación sirve para la puesta en práctica de otros contenidos, como puede ser la estimulación verbal del balbuceo, o la repetición de los sonidos espontáneos emitidos por el niño.
- Ejercitar las estructuras fonatorio-motoras del niño (movimientos rotatorios de la lengua durante el proceso de la alimentación).
Comenzar a ejercitar las estructuras orgánicas y funcionales que intervienen en la emisión oral (labios, mejillas, lengua, entre otras).
Un aspecto importante del trabajo educativo en el primer año de vida lo constituye la ejercitación de las estructuras fonatorio-motoras del niño, porque en la medida en que estos tengan desarrolladas dichas estructuras y dominen los movimientos posibles de realizar con las mismas, igualmente se posibilitará una mejor emisión de los sonidos dependientes de tales estructuras.
La ejercitación de estas estructuras comienza en este trimestre, y se realiza cuando se le ofrece la alimentación, es decir, cuando se le da al bebé el agua o la leche. Como se sabe, la succión es un reflejo innato, que posibilita la supervivencia del recién nacido. Por esta actividad refleja, cualquier objeto que contacte el área de los labios del niño determinará de inmediato un movimiento de la lengua hacia la zona de la boca donde se siente el contacto.
Aprovechando esta particularidad refleja, en el momento en que se le vaya a dar el biberón al niño, de manera dulce y tranquila, se tocará con la punta del biberón la comisura de sus labios, lo que conducirá a un estiramiento de la lengua en esa dirección. Luego se repetirá la acción con la otra comisura, de inmediato en el borde superior del labio y, finalmente en el borde inferior, para provocar un movimiento de rotación de la lengua.
Esto puede hacerse tanto al inicio, como durante el curso de la toma del agua o leche, en dependencia de la reacción del niño, pues si tienen mucha hambre, es mejor satisfacer primero su necesidad inicial y cuando se interrumpa el proceso para sacarle el aire o cambiar de posición, se pueden ejercitar las estructuras motoras en la forma indicada.
- Escuchar grabaciones diversas
Propiciar la formación de conexiones temporales nerviosas hacia otros elementos sonoros del ambiente.
El educador ha de posibilitar que los niños escuchen grabaciones diversas, tanto de voces, como de sonidos musicales u onomatopéyicos de animales y objetos, por breves momentos, particularmente en los momentos en que se encuentren en inactividad o aparentemente sin estimulación del medio.
Esto ha de hacerse tanto dejando escuchar los sonidos grabados sin intervenir hacia los niños, como en otros momentos suscitando su atención hacia la fuente del sonido mediante procedimientos diversos.
- Cantarle nanas y canciones
Posibilitar que los niños escuchen la voz humana melodiosa, como otra forma de expresión oral
En diversos momentos de la actividad, tanto actuando directamente con los niños, como proporcionándoles un ambiente sonoro, el educador ha de cantarles canciones sencillas, rimas, pequeños temas dulces, de manera suave, sin estridencias, pausadamente. Durante los momentos previos al sueño ha de arrullar les con nanas muy simples, que en este |